El pasado miércoles 23 de Septiembre se perdió un poco más de la libertad y los derechos de todos los españoles. La justicia que entre todos construimos para garantizarnos una vida mejor y la defensa de nuestros derechos fundamentales, exoneró al laboratorio farmacéutico alemán que asesinó y mutiló a cerca de 3.000 ciudadanos españoles y de 30 a 40.000 seres humanos en el mundo entero, y que se ha reconocido mundial y públicamente culpable.
La consecuencia directa es que el responsable de ese delito de lesa humanidad queda libre, y las víctimas de nuestro país, nuestros vecinos, nuestros paisanos, continúan sobreviviendo de las limosnas del sistema, o simplemente de la calle.
Sólo podemos agradecer el apoyo de la gente sencilla, sentimos de verdad su calor y su cariño, pero no podemos ocultar que nos sentimos institucionalmente abandonados.
Esperamos y confiamos en que acciones solidarias lleguen a conmover las conciencias de aquellos que han demostrado no tenerla nunca, difícil misión, pero ya no nos queda otra que confiar.
El más sincero y cariñoso abrazo que se puede dar con nuestros pequeños brazos.